Presentamos un artículo del artículo publicado en el Diario La Nación, sobre el tamaño de las organizaciones:
Las
megaempresas y una historia de más de 400 años
La
existencia de corporaciones gigantescas no es nueva en el capitalismo, pero hoy
su avance aviva la polémica; se teme que su poder pueda minar la libre
competencia
Sebastián Campanario
Cinco
de las seis empresas más valiosas del mundo en la actualidad tienen un modelo
de "plataforma" de acuerdo con un estudio reciente de tres académicos
de Harvard (David Yoffie, Annabelle Gawer y Michael Cusumano). Los autores
definen plataformas en un sentido amplio, que contempla asociar a terceras
empresas en distintos vectores de productos y servicios, con lo cual se
incluyen Google (con Android) y Apple (con el iPhone), además de Amazon,
Microsoft y Facebook.
En
total, la investigación contó 43 empresas-plataformas listadas en oferta
pública, que generaron en los últimos 20 años la misma cantidad de ganancias
que las "no plataformas", con la mitad de los empleados y tasas de
crecimiento mucho más altas. El nuevo mundo corporativo, dicen los autores, es
definitivamente de las plataformas.
En
el denominado "Club Famga" o "GAFA" (por las iniciales de
los colosos que se incluyan) se pelean por consolidarse arriba del billón de
dólares de valuación (hoy están en carrera, pero por debajo). El iPhone de
Apple, por ejemplo, según algunos estudios, está considerado el producto más
exitoso de la historia, con 1600 millones de unidades vendidas hasta la fecha.
Si se incluyen otros dispositivos que usan el sistema operativo iOS, la cifra
asciende a 2200 millones de unidades.
En
un marco más general, el mercado con compañías ligadas a internet se multiplicó
por diez en la última década, según el emprendedor Elad Gil. "Con 3500
millones de personas online -de las cuales 3000 millones tienen celulares
inteligentes-estamos en presencia del mercado potencial más grande de la
historia", sostiene el empresario que le vendió su startup Mixer Labs a
Twitter. Solo este incremento absoluto hace que valuaciones de compañías que
hace una década estaban en US$10 millones hoy hayan visto crecer su valor a los
US$100 millones. "Lo interesante es que este aumento de la escala hace que
hoy para las start ups sea posible crecer más rápído que nunca", completa
Gil.
La
dinámica es global. Pasaron solo dos años desde que Mercado Libre superó en
valor a la petrolera YPF. Desde entonces, las trayectorias fueron divergentes y
en la actualidad la empresa de Marcos Galperín (que trabajó en YPF antes de
fundar MeLi) sextuplica la capitalización de la petrolera. De hecho, la firma
de comercio electrónico argentina vale más que Spotify y está en el entorno de
la valuación de Twitter.
Pero
aunque uno pueda impresionarse con estas comparaciones, lo cierto es que la
presencia de megacorporaciones de tamaño sideral no es nueva en la historia del
capitalismo. De hecho, en términos relativos, hubo firmas que llegaron a
superar largamente a las valuaciones que se ven hoy entre las corporaciones de
tecnología en la Bolsa de los Estados Unidos.
Un
informe que tuvo amplia repercusión en redes, replicado semanas atrás por
DutchReview y Visual Capitalist, actualiza el valor de grandes compañías del
pasado -en su pico de valuación- con resultados sorprendentes. El récord por
lejos lo tiene la Compañía Holandesa de Indias Orientales, que en el año 1637
llegó a valer el equivalente a casi 8 billones (millones de millones) de
dólares, más que todo el Club Famga actualmente sumado. La firma se fundó en
1602, tenía sus oficinas centrales en Amsterdam y se aseguró el monopolio del
comercio de especias por dos décadas con lo que hoy es Indonesia.
Fue
la primera empresa en emitir acciones y llegó a emplear 70.000 personas en
distintas partes de la ruta comercial, que por entonces tardaba en completarse
entre diez y doce meses. Su pico de valuación lo alcanzó con la "fiebre de
los tulipanes", y se derrumbó un siglo después de su fundación.
El
segundo puesto en este ranking de gigantes de todos los tiempos es para la
Mississippi Company en 1720 (6,5 billones de dólares). Grandes petroleras como
Saudi Aramco, Standard Oil y las mismas IBM y Microsoft en su apogeo llegaron,
en términos relativos, a valer más de lo que cuestan actualmente la empresas
del Club Famga. Consultado en Twitter al respecto, el historiador económico
Mauricio Drelichman (un experto en la economía europea de los siglos XVl y
XVll) afirmó que la metodología para armar estas actualizaciones le resultaba
dudosa.
Economía
de plataformas
Más
allá de la discusión metodológica y el debate por determinar cuál fue la
empresa más grande de la historia, lo cierto es que la polémica por un eventual
poder que mine la libre competencia por parte de estos gigantes está al rojo
vivo. En los Estados Unidos, su prioridad es uno de los pocos puntos de acuerdo
entre demócratas y republicanos, que debate si será necesario "romper"
Amazon, Google, Facebook, etc. El 9 de mayo pasado, en una nota muy comentada
del New York Times, uno de los fundadores de Facebook, Chris Hughes, publicó
una columna titulada: "Yo cofundé Facebook. Es hora de romperlo".
En
Inglaterra, país que suele estar a la vanguardia en este tipo de regulaciones,
el Reporte Furman recomendó una mayor intervención estatal, la creación de una
unidad especial que promueva la libre competencia en mercados digitales y un
mayor control de las adquisiciones (aunque se abstuvo de sugerir
"romper" estas grandes plataformas). El grupo Alphabet (Google), por
ejemplo, viene comprando una startup cada 18 días en la última década, en tanto
que las cinco empresas más grandes del mundo adquirieron 400 en total en el
mismo período.
En
los Estados Unidos, Amazon está comprando a precio de ganga los grandes
shoppings que el comercio electrónico contribuyó a fundir, dado que sus
extensas superficies resultan ideales como centros de distribución, cerca del
consumo de los núcleos urbanos. Este elegante "golpe de gracia" se
parece a la estrategia que en ajedrez usaba el armenio Tigran Petrosian,
campeón mundial entre 1963 y 1969: la de la "boa constrictor" que
ahogaba lentamente a sus rivales para forzar finales ganadores donde bastaba
con sólo "soplar" al adversario para que se cayera.
"Estamos
en un nuevo territorio, con mapas que recién se están armando y reglas nunca
vistas en la historia del capitalismo: el de la economía de las
plataformas", sostuvo en su newsletter semanal Exponential View el
futurista Azeem Azhar. "Estas empresas hoy se volvieron una pieza clave de
la infraestructura pública: buena parte de nuestro acceso a bienes, servicios y
recursos está intermediado por estas grandes plataformas, que a su vez hoy
parecen ser las únicas para resistir ciberataques a gran escala".
El
debate está recién en una etapa inicial. En la nueva economía de plataformas,
como dice un cartel del Colegio de Agrimensores en la ruta 2, camino a la
costa, "El tamaño sí importa".
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