viernes, 20 de mayo de 2016

Control Interno

El control interno es un proceso integrado a los procesos, y no un conjunto de pesados mecanismos burocráticos añadidos a los mismos, efectuado por el consejo de administración, la dirección y el resto del personal de una entidad, diseñado con el objeto de proporcionar una garantía razonable para el logro de los objetivos incluidos en las siguientes categorías:

  • Eficacia y eficiencia de las operaciones
  • Confiabilidad de la información financiera
  • Cumplimiento de las leyes, reglamentos y políticas.


Completan la definición algunos conceptos fundamentales:

  • El control interno es un proceso, es decir un medio para alcanzar un fin y no un fin en sí mismo.
  • Lo llevan a cabo las personas que actúan en todos los niveles, no se trata solamente de manuales de organización y procedimientos.
  • Sólo puede aportar un grado de seguridad razonable, no la seguridad total, a la conducción.
  • Está pensado para facilitar la consecución de objetivos en una o más de las categorías señaladas las que, al mismo tiempo, suelen tener puntos en común.

Al hablar del control interno como un proceso se hace referencia a una cadena de acciones extendida a todas las actividades, inherentes a la gestión e integrados a los demás procesos básicos de la misma: planificación, ejecución y supervisión. Tales acciones se hallan incorporadas (no añadidas) a la infraestructura de la entidad, para influir en el cumplimiento de sus objetivos y apoyar sus iniciativas de calidad.


La presente entrada fue extraída del libro: Normas Generales de Control Interno. Sindicatura General de la Nación (SIGEN) 1998.

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